QUEMADOS
06:37
No
creo en dios y no me hace ninguna falta. Por lo menos estoy a salvo
de ser intolerante. Los ateos somos las personas más tolerantes del
mundo. Un creyente fácilmente pasa a la intolerancia. En ningún
momento de la historia, en ningún lugar del planeta, las religiones
han servido para que los seres humanos se acerquen unos a los otros.
Por el contrario, sólo han servido para separar, para quemar, para
torturar. No creo en dios, no lo necesito y además soy buena
persona.
José
Saramago
0 comentarios