Parecía
que estaban a punto de caerse, pero no: cuando ella tropezaba, la
sostenía él; cuando él se bamboleaba, lo enderezaba ella. A dúo
andaban, bien agarraditos el uno del otro, pegados el uno al otro en
los vaivenes del mundo. Eduardo Galeano
.. Pero yo sé guardar y usar lo triste
y lo barato en el mismo bolsillo donde llevo esta vida que
ilustrará las biografías. Ve, pequeño fantasma, el baño
está ahí al lado, yo fumaré esperándote empezaremos
otra vez. El cielo raso dibuja un gato, un número, una mano
cortada.
(...)
Una cosa quiero pedirle antes que nos trabemos. Que en este encuentro
ponga todo su coraje y toda su maña, como en aquel otro de hace
siete años, cuando mató a mi hermano.
Acaso
por primera vez en su diálogo, Martín Fierro oyó el odio. Su
sangre lo sintió como un acicate. Se entreveraron y el acero filoso
rayó y marcó la cara del negro.
Hay
una hora de la tarde en que la llanura está por decir algo; nunca lo
dice o tal vez lo dice infinitamente y no lo entendemos, o lo
entendemos pero es intraducible como una música… Desde su catre,
Recabarren vio el fin. Una embestida y el negro reculó, perdió pie,
amagó un hachazo a la cara y se tendió en una puñalada profunda,
que penetró en el vientre. Después vino otra que el pulpero no
alcanzó a precisar y Fierro no se levantó. Inmóvil, el negro
parecía vigilar su agonía laboriosa. Limpió el facón
ensangrentado en el pasto y volvió a las casas con lentitud, sin
mirar para atrás. Cumplida su tarea de justiciero, ahora era nadie.
Mejor dicho era el otro: no tenía destino sobre la tierra y había
matado a un hombre.
Flor
de cactus, flor que se ha arrancado A la sequedad del suelo. Ahí
era el desierto, la piedra dura, La sed y la soledad. Sobre la
palma de espinos, triunfante, ¿Flor, o corazón?
de una mujer ignota que
adoro y que me adora, que, siendo igual, es siempre distinta a
cada hora y que las huellas sigue de mi existencia errante.
Se
vuelve transparente mi corazón sangrante para ella, que comprende
lo que mi mente añora; ella me enjuga el llanto del alma cuando
llora y lo perdona todo con su sonrisa amante.
¿Es
morena ardorosa? ¿Frágil rubia? Lo ignoro. ¿Su nombre? Lo
imagino por lo blando y sonoro, el de virgen de aquellas que
adorando murieron.
Como
el de las estatuas es su mirar de suave y tienen los acordes
de su voz, lenta y grave, un eco de las voces queridas que se
fueron…
Algunas
personas, cuando ya han soportado demasiado y se han visto empujadas
más allá de los límites de su resistencia, simplemente se vienen
abajo y se rinden. Hay otras, aunque no son muchas, que por alguna
razón serán siempre inconquistables. Las encuentras en tiempos de
guerra y en tiempos de paz. Poseen un espíritu indomable y nada, ni
el dolor ni la tortura ni la amenaza de muerte, logrará que se
rindan.
No me dio la mano, pero me levantó como pocos lo han hecho. Se detuvo en el camino porque decidió esperarme, confío en las ruinas que cargaba en el maletín. Construyó senderos porque no quería verme tropezar. Sabía que mis harapos no aguantarían un desprecio más, y me elogió, supo despertar en mí la confianza que habían apagado las descripciones.
Me tendió su mano, me regaló una sonrisa y con un pedazo de su vida llenó la mía.
Personas que llegan para revivirte Leo Romsog
El mundo es de quien no siente. La condición esencial para ser un hombre práctico es la ausencia de sensibilidad. La cualidad principal en la práctica de la vida es aquella cualidad que conduce a la acción, esto es, la voluntad. Ahora bien, hay dos cosas que estorban a la acción –la sensibilidad y el pensamiento
El libro del desasosiego Fernando Pessoa
La única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas.
On the Road Jack Kerouac
Curiosa
Estratigrafia. La malaquita es básicamente un sulfato de cobre. Kapuzinsky no es primo de Rapunzel. No hay decoradores para janelas. El Código Bushido. Han muerto Berger y Pligia. Armando Rauf es un tipo que canta. La Nueva Era no es la de acuario, es el antropoceno. Lo ha dicho Tarkovski.