Bamboleos

11:57


Parecía que estaban a punto de caerse, pero no: cuando ella tropezaba, la sostenía él; cuando él se bamboleaba, lo enderezaba ella. A dúo andaban, bien agarraditos el uno del otro, pegados el uno al otro en los vaivenes del mundo. 

 Eduardo Galeano

Coincidencias

20:06



Hace tiempo conviví casi dos años con una mujer hasta descubrir que sus gustos eran exactamente como los míos: los dos estábamos locos por las chicas.


Groucho Marx

Utilidad

06:57

.
.. Pero yo sé guardar y usar lo triste y lo barato
en el mismo bolsillo donde llevo esta vida
que ilustrará las biografías. Ve, pequeño fantasma,
el baño está ahí al lado,
yo fumaré esperándote
empezaremos otra vez. El cielo raso
dibuja un gato, un número, una mano cortada.

Canada Dry, Julio Cortázar

Fin

09:34



(...) Una cosa quiero pedirle antes que nos trabemos. Que en este encuentro ponga todo su coraje y toda su maña, como en aquel otro de hace siete años, cuando mató a mi hermano.
Acaso por primera vez en su diálogo, Martín Fierro oyó el odio. Su sangre lo sintió como un acicate. Se entreveraron y el acero filoso rayó y marcó la cara del negro.
Hay una hora de la tarde en que la llanura está por decir algo; nunca lo dice o tal vez lo dice infinitamente y no lo entendemos, o lo entendemos pero es intraducible como una música… Desde su catre, Recabarren vio el fin. Una embestida y el negro reculó, perdió pie, amagó un hachazo a la cara y se tendió en una puñalada profunda, que penetró en el vientre. Después vino otra que el pulpero no alcanzó a precisar y Fierro no se levantó. Inmóvil, el negro parecía vigilar su agonía laboriosa. Limpió el facón ensangrentado en el pasto y volvió a las casas con lentitud, sin mirar para atrás. Cumplida su tarea de justiciero, ahora era nadie. Mejor dicho era el otro: no tenía destino sobre la tierra y había matado a un hombre.

El Fin, Jorge Luis Borges

TRIUNFO

06:35


Flor de cactus, flor que se ha arrancado
A la sequedad del suelo.
Ahí era el desierto, la piedra dura,
La sed y la soledad.
Sobre la palma de espinos, triunfante,
¿Flor, o corazón?

Flor de cactus, José Saramago

Transparente

09:40



Sueño a menudo el sueño sencillo y penetrante
de una mujer ignota que adoro y que me adora,
que, siendo igual, es siempre distinta a cada hora
y que las huellas sigue de mi existencia errante.
Se vuelve transparente mi corazón sangrante
para ella, que comprende lo que mi mente añora;
ella me enjuga el llanto del alma cuando llora
y lo perdona todo con su sonrisa amante.
¿Es morena ardorosa? ¿Frágil rubia? Lo ignoro.
¿Su nombre? Lo imagino por lo blando y sonoro,
el de virgen de aquellas que adorando murieron.
Como el de las estatuas es su mirar de suave
y tienen los acordes de su voz, lenta y grave,
un eco de las voces queridas que se fueron…

Mi Sueño, Paul Verlaine

indomables

19:26


Algunas personas, cuando ya han soportado demasiado y se han visto empujadas más allá de los límites de su resistencia, simplemente se vienen abajo y se rinden. Hay otras, aunque no son muchas, que por alguna razón serán siempre inconquistables. Las encuentras en tiempos de guerra y en tiempos de paz. Poseen un espíritu indomable y nada, ni el dolor ni la tortura ni la amenaza de muerte, logrará que se rindan.
Historias extraordinarias, Roald Dahl


máquina

19:36


Y me acordaba
de cuando rompíamos
la máquina del tiempo
y nos queríamos
siempre.
Eduardo Galeano


Burguesias

17:33

Clase media
medio rica
medio culta
entre lo que cree ser y lo que es
media una distancia medio grande
Desde el medio
mira medio mal
a los negritos
a los ricos
a los sabios
a los locos
a los pobres
Si escucha a un Hitler
medio le gusta
y si habla un Che
medio también
En el medio de la nada
medio duda
como todo le atrae
(a medias)
analiza hasta la mitad
todos los hechos
y (medio confundida)
sale a la calle con media cacerola
entonces medio llega a importar
a los que mandan
(medio en las sombras)
a veces, sólo a veces, se da cuenta
(medio tarde)
de que la usaron de peón
en un ajedrez que no comprende
y que nunca la convierte en Reina
Así, medio rabiosa
se lamenta
(a medias)
de ser el medio del que comen otros
a quienes no alcanza
a entender
ni medio

Clase media, Daniel Cezaré



POZOS

09:24



(...) Entre tus piernas hay un pozo de agua dormida,
bahía donde el mar de noche se aquieta, negro caballo de espuma,
cueva al pie de la montaña que esconde un tesoro,
boca del horno donde se hacen las hostias,
sonrientes labios entreabiertos y atroces,
nupcias de la luz y la sombra, de lo visible y lo invisible
(allí espera la carne su resurrección
y el día de la vida perdurable)
Patria de sangre,
única tierra que conozco y me conoce,
única patria en la que creo,
única puerta al infinito.

Cuerpo a la Vista, Octavio Paz

rENDICION

15:15


Algunas personas, cuando ya han soportado demasiado y se han visto empujadas más allá de los límites de su resistencia, simplemente se vienen abajo y se rinden. Hay otras, aunque no son muchas, que por alguna razón serán siempre inconquistables. Las encuentras en tiempos de guerra y en tiempos de paz. Poseen un espíritu indomable y nada, ni el dolor ni la tortura ni la amenaza de muerte, logrará que se rindan.
Historias extraordinarias, Roald Dahl.


PESTAÑAS

14:54

Rumorosas pestañas
de los cañaverales.
Cayendo sobre el sueño
del hombre hasta dejarle
el pecho apaciguado
y la cabeza suave.
Ahogad la voz del arma,
que no despierte y salte
con el cuchillo de odio
que entre sus dientes late.
Así, dormido, el hombre
toda la tierra vale.
Miguel Hernández


Fortuna

06:59


Afortunadamente siempre existe otro día. Y otros sueños. Y otras risas. Y otras personas. Y otras cosas.

Clarice Lispector


Contienda

10:02


Cuando estalla una guerra, las gentes se dicen: “Esto no puede durar, es demasiado estúpido”. Y sin duda una guerra es evidentemente demasiado estúpida, pero eso no impide que dure. La estupidez insiste siempre, uno se daría cuenta de ello si uno no pensara siempre en sí mismo. Nuestros conciudadanos, a este respecto, eran como todo el mundo; pensaban en ellos mismos; dicho de otro modo, eran humanidad: no creían en las plagas. La plaga no está hecha a la medida del hombre, por lo tanto el hombre se dice que la plaga es irreal, es un mal sueño que tiene que pasar.

La peste, Albert Camus

Haiku

15:14

¿Es o no es
el sueño que olvidé
antes del alba?
Haiku de Jorge Luis Borges

CONEXIONES

11:34


Cuando eres joven piensas que habrá muchas personas con las que podrás conectar, luego avanzando en la vida descubres que ocurre contadas veces.
Antes del atardecer, Richard Linklater

hacha

19:31


En general, creo que sólo debemos leer libros que nos muerdan y nos arañen. Si el libro que estamos leyendo no nos despierta como un puñetazo en el cráneo, ¿para qué molestarnos en leerlo? ¿Para que nos haga felices, como dices? Cielo santo, ¡seríamos igualmente felices si no tuviéramos ningún libro! Los libros que nos hacen felices podríamos escribirlos nosotros mismos si no nos quedara otro remedio. Lo que necesitamos son libros que nos golpeen como una desgracia dolorosa, como la muerte de alguien a quien queríamos más que a nosotros mismos, libros que nos hagan sentirnos desterrados a las junglas más remotas, lejos de toda presencia humana, algo semejante al suicidio. Un libro debe ser el hacha que quiebre el mar helado dentro de nosotros. Eso es lo que creo.

Franz Kafka, fragmento de una carta a Oscar Pollack (1904)

Tiffany's

09:22



Estuve engañándoles durante un tiempo porque quería pulirme un poco, pero sabía muy bien que jamás llegaría a ser una estrella de cine. Es demasiado esfuerzo; y, si eres inteligente, da demasiada vergüenza. Me falta el suficiente grado de complejo de inferioridad: para ser una estrella de cine hay que ser, según dice la gente, tremendamente narcicista; de hecho, lo esencial es no serlo en absoluto. No quiero decir que el ser rica y famosa fuera a fastidiarme. Esas son cosas que ocupan un lugar importante en mis planes, y algún día trataré de conseguirlas; pero, si las consigo, querría seguir gustándome a mí misma. Quiero seguir siendo yo cuando una mañana, al despertar, recuerde que tengo que desayunar en Tiffany's.

Desayuno en Tiffany's, Truman Capote

Cura

11:52


La cura para todo es siempre agua salada: el sudor, las lágrimas o el mar.
Isak Dinesen

Inocencia

08:21


Infancia, valle ameno,
de calma y de frescura bendecida
donde es suave el rayo
del sol que abrasa el resto de la vida.
¡Cómo es de santa tu inocencia pura,
cómo tus breves dichas transitorias,
cómo es de dulce en horas de amargura
dirigir al pasado la mirada
y evocar tus memorias!

Infancia, José Asunción Silva

Sinceridad

20:02


-¿Cómo lo haces? ¿Cómo consigues trabajar y ser una madre sola? ¿Cómo se hace?
-Tragando cada noche grandes dosis de frustración, culpa y fracaso.

Diálogo de Broadchurch (tercera temporada).


Fruta

08:39


Soñé contigo esta noche:
Te desfallecías de mil maneras
Y murmurabas tantas cosas…
Y yo, así como se saborea una fruta
Te besaba con toda la boca
Un poco por todas partes, monte, valle, llanura.

Paul Verlaine


Atemporal

08:08


Hay días en que me invade un sentimiento más negro que la más negra melancolía: el desprecio a los hombres. Y para no dejar ninguna duda sobre qué es lo que yo desprecio, sobre quién es el que yo desprecio: es el hombre de hoy, el hombre del que yo soy fatalmente contemporáneo.

Friedrich Wilhelm Nietzsche


Amor

20:03

Para mí
el amor no puede ser nunca
dos que se quedan acurrucados
en un rincón
mientras la vida pasa de largo rugiendo

Para mí
el amor tiene que ser siempre
muchos que luchan hombro con hombro
– tú también, yo también –
ahí fuera en mitad de todo
en plena vida

Märta Tikkanen


Resistir

11:35


I
El milagro
siempre renovado
de tu desnudez
y en la trastienda en temor
a que deje de renovarse
algún día
Fragilidad
madre y padre míos
tuyos
de todos
II
No debo acostumbrarme
Me repito:
un milagro
lo es
porque no se repite
Entonces
¿cómo llamar
al desnudarnos juntos
y entrar mi cuerpo en el tuyo
como un viajero llega a un albergue
donde arde fuego de leña
o como un nadador entra en el mar frío
y se disuelve el cansancio?
¿Cómo llamar a eso
que repetimos tantas veces?

No debo acostumbrarme.

No acostumbrarse. Jorge Riechmann

Descreer

08:06


Anduve buscando en el cajón que da cobijo a los objetos desechados de años que fueron. Si mi sombra, que algún día tuvo el apresto de la juventud, sostenida en un lado o desparramada sobre la base, observó el rostro que asomé, quizá dejara en ese instante de lamentarse sobre su triste sino, en la penumbra asolada de un mueble, mas libre del lastre que este hombre soy, sin fe, sin ideología. Y me pregunto si la inocencia tomó el camino distinto de aquellos atributos que ya se sienten como una nostalgia perenne, lacerando día a día el escombro que despierta asombrado de seguir aquí. Amanece sobre el mundo, pendiendo de un hilo mis pocos anhelos; como los últimos trazos de un lápiz gastado, pequeño, apurado..



El Liquidador, fragmento, Néstor Manrique 

Voces

11:11


No sois vosotras, ricas aguas
de oro, las que corréis
por el helecho, es mi alma.
No sois vosotras, frescas alas
libres, las que os abrís
al iris verde, es mi alma.
No sois vosotras, dulces ramas
rojas las que os mecéis
al viento lento, es mi alma.
No sois vosotras, claras, altas
voces las que os pasáis
del sol que cae, es mi alma.

Es mi alma, Juan Ramón Jiménez


Secretos

21:42


...  Pero si había dormido, ¿de qué naturaleza -no podemos dejar de preguntar- son los sueños como ése? ¿Son medidas reparadoras -letargos en que los recuerdos más dolorosos, los hechos capaces de invalidar la vida para siempre, son rozados por una ala oscura que les alisa la aspereza y los dora, por feos y mezquinos que sean, con un resplandor, una incandescencia? Es preciso que el dedo de la muerte se pose en el tumulto de la vida de vez en cuando para que no nos haga pedazos? ¿Estamos conformados de tal manera que no nos haga pedazos? ¿Estamos conformados de tal manera que diariamente necesitamos minúsculas dosis de muerte para ejercer el oficio de vivir? Y entonces, ¿qué raros poderes son ésos que penetran nuestros más secretos caminos y cambian nuestros bienes más preciosos a despecho de nuestra voluntad?

Orlando, Virginia Woolf


DUEÑO

09:46


¿Racionalizar la fe? Quise hacerme dueño y no esclavo de ella, y así llegué a la esclavitud en vez de llegar a la libertad en Cristo.

Miguel de Unamuno

Avisos

17:19


La cuerda cortada puede volver a anudarse,
vuelve a aguantar, pero
está cortada.
Quizá volvamos a tropezar, pero allí
donde me abandonaste no
volverás a encontrarme.

Bertolt Brecht


Melancolía

10:49


Una nostalgia silenciosa y prolongada le oprimió el corazón. No era sólo nostalgia de aquel hombre, sino también de la oportunidad perdida. Y tampoco sólo de esa oportunidad concreta sino de la oportunidad como tal. Sentía nostalgia de todas las oportunidades que había perdido, que había dejado pasar, que había evitado, e incluso aquéllas que nunca había tenido.

La despedida, Milan Kundera


Letanias

13:06


Perdóname señor
Pero a veces me canso
Pero a veces me canso
De ser un ciudadano
Me cansa la ciudad
Las oficinas
Me cansa la familia
Y la economía
Perdóname señor
Estoy harto de este infierno
De este mercado mediocre
Donde todos tienen precio
Perdóname señor
Pero yo me iré contigo
Por tus montañas
Tus mares y tus ríos
Perdóname señor
Pero a veces pienso
Que tienes para mí
Algo mejor que esto
Perdóname señor
No quiero ser un ciudadano
Yo quiero ser un hombre, señor
Como me has creado

No quiero ser un Ciudadano, Facundo Cabral

Inmaterial

09:37



Me dejaste -como ibas de pasada-
lo más inmaterial que es tu mirada.
Yo te dejé -como iba tan deprisa-
lo más inmaterial, que es mi sonrisa.
Pero entre tu mirada y mi risueño
rostro quedó flotando el mismo sueño.

Lo más Natural, Amado Nervo

Abandono

08:00


Par les soirs bleus d'été, j'irai dans les sentiers,
Picoté par les blés, fouler l'herbe menue :
Rêveur, j'en sentirai la fraîcheur à mes pieds.
Je laisserai le vent baigner ma tête nue.
Je ne parlerai pas, je ne penserai rien :
Mais l'amour infini me montera dans l'âme,
Et j'irai loin, bien loin, comme un bohémien,
Par la Nature, - heureux comme avec une femme.


Sensation, Arthur Rimbaud 

MATEMATICAS

06:23


Hay un vínculo secreto entre la lentitud y la memoria, entre la velocidad y el olvido. Evoquemos una situación de lo más trivial: un hombre camina por la calle. De pronto, quiere recordar algo, pero el recuerdo se le escapa. En ese momento, mecánicamente, afloja el paso. Por el contrario, alguien que intenta olvidar un incidente penoso que acaba de ocurrirle acelera el paso sin darse cuenta, como si quisiera alejarse rápido de lo que, en el tiempo, se encuentra aún demasiado cercano a él.
En la matemática existencial, esta experiencia adquiere la forma de dos ecuaciones elementales: el grado de lentitud es directamente proporcional a la intensidad de la memoria; el grado de velocidad es directamente proporcional a la intensidad del olvido.

La lentitud, Milan Kundera


Repasos

17:49


He repasado el rostro de todos los que ya partieron, reparo en el momento que habré de enfrentar, y no quiero mostrar asombro, ni miedo. Deseo que la vida me arrolle descontrolada, la furia de cien bestias sobre mi espalda, aullar, desapareciendo en la bruma, prometiendo regresar. Y no pediré perdón, ni deseo la limosna del dolor de los pocos míos. Marcharé, que no me llevarán...

Néstor Manrique


Juventud

13:07



¡Ave, Joven! Tú que has nacido con un vista aguda para las proporciones y puedes manejarte con facilidad ante todas las formas. Puede ser que cada vez más despierte alrededor de ti la alegría de tu vida y sientas un jubiloso goce por el trabajo, el temor y la esperanza, el del viñador que en la plenitud del otoño grita animoso al escanciar en su vaso, el de la viva danza del segador cuando ha dejado la hacendosa hoz atada al madero. Puede ser que en tu pincel esté más virilmente vivo el nervio del deseo y del sufrimiento. Puede ser que te hayas esforzado y que hayas sufrido bastante, y que hayas gozado suficiente, y estés saciado de la belleza terrena. Puede ser que seas digno de descansar en los brazos de la diosa, que seas digno de sentir en tu pecho lo que hizo renacer al Hércules hecho dios.
Acéptalo belleza celestial, pues él lleva, mucho más que Prometeo, los dones de los dioses a la tierra

Goethe

Nimiedad

14:33


Encuentra bello todo lo que puedas; la mayoría no encuentra nada suficientemente bello.

Vincent van Gogh


Facilidades

06:19


Enamorarse es fácil.
Uno puede enamorarse,
-sin demasiado
esfuerzo-
varias veces al día,
a nada
que se lo proponga
y se mueva un poco por ahí;
y si es verano,
ni te cuento.
Enamorarse no tiene
mayor mérito.
Lo realmente difícil
-no conozco
ningún caso-,
es salir entero
de una historia de amor.

Lo difícil, Karmelo C. Iribarren


Horas

09:16



No perdáis el tiempo ni en llorar vuestro pasado ni en llorar el porvenir. Vivid vuestras horas, vuestros minutos. Las alegrías son como las flores que la lluvia mancha y el viento deshoja.

Remy de Gourmont

LABERINTOS

06:32


En mí te pierdo, aparición nocturna,
En este bosque de engaños, en esta ausencia,
En la neblina gris de la distancia,
En el largo pasillo de puertas falsas.
De todo se hace nada, y esa nada
De un cuerpo vivo enseguida se puebla,
Como islas del sueño que entre la bruma
Flotan, en la memoria que regresa.
En mí te pierdo, digo, cuando la noche
Sobre la boca viene a colocar el sello
Del enigma que, dicho, resucita
Y se envuelve en los humos del secreto.
En vueltas y revueltas que me ensombrecen,
En el ciego palpar con los ojos abiertos,
¿Cuál es del laberinto la gran puerta,
Dónde el haz de sol, los pasos justos?
En mí te pierdo, insisto, en mí te huyo,
En mí el cristal se funde, se hace pedazos,
Mas cuando el cuerpo cansado se quiebra
En ti me venzo y salvo, en ti me encuentro.

Laberinto, José Saramago


héroes

19:29


Todos somos comunes. Todos somos aburridos. Todos somos espectaculares. Todos somos tímidos. Todos somos intrépidos. Todos somos héroes. Todos somos indefensos. Sólo depende del día.
Brad Meltzer


Resorte

14:34


Conglomerado de consumos tristes,
suma y montón de trampas
recolección anónima
de los plurales de la muerte.
Y enfrente, la pasión,
vidamás de la vida,
chispa en el relámpago,
deshielo de la belleza,
escarapela sobre el corazón del caos,
látigo de muchas puntas.
Y enfrente,
el contemplador de ambos fracasos.
Y también del fracaso
de contemplar el fracaso.
Y es allí,
en ese punto de madurez negativa,
donde salta el resorte:
la fe en nada,
la fe de fe,
la fe que no tiene enfrente,
la fe que no es posible contemplar.


Roberto Juarroz

Minutos

14:28


En un minuto puedo cambiar mi actitud, y en ese minuto puedo cambiar el día entero”

Spencer Johnson


Planeta

19:41

Nacemos para vivir, por eso el capital más importante que tenemos es el tiempo, es tan corto nuestro paso por este planeta que es una pésima idea no gozar cada paso y cada instante, con el favor de una mente que no tiene limites y un corazón que puede amar mucho más de lo que suponemos

Facundo Cabral

Pozos

21:26


La muerte siempre está en camino, pero el hecho de que no sepamos cuando llegará parece restarle finitud a la vida. Lo que odiamos tanto es esa terrible precisión. Pero como no sabemos, nos toca creer que la vida es un pozo sin fondo. Sin embargo, las cosas ocurren solo un determinado número de veces, en realidad, muy pocas. ¿Cuántas veces más recordarás cierta tarde de tu infancia, una tarde que forma una parte tan entrañable de tu ser que ni siquiera puedes imaginar la vida sin ella? Quizá cuatro o cinco veces más. Quizás ni eso. ¿Cuántas veces más verás salir la luna llena? Quizás veinte. Y sin embargo todo parece ilimitado.

El cielo protector, Paul Bowles

MARES

11:09



Hace ya varias noches que aún se oye el mar,
leve, de aquí para allá, a lo largo de las lisas arenas.
Eco de una voz encerrada en la mente
que remonta desde el tiempo; y también este
asiduo lamento de las gaviotas: acaso
de los pájaros de la torre, que abril
impulsa hacia el llano. En otro tiempo,
con esa voz estabas a mi lado;
y quisiera que a ti también llegase,
ahora, un eco de mi memoria,
como el murmullo oscuro del mar.

Aún se oye el mar, Salvatore Quasimodo


Hiroshima

14:38


En 1945, mientras este día nacía, murió Hiroshima.
En el estreno mundial de la bomba atómica, la ciudad y su gente se hicieron carbón en un instante.
Los pocos sobrevivientes deambulaban, mutilados, sonámbulos, entre las ruinas humeantes. Iban desnudos, y en sus cuerpos las quemaduras habían estampado las ropas que vestían cuando la explosión. En los restos de las paredes, el fogonazo de la bomba atómica había dejado impresas las sombras de lo que hubo: una mujer con los brazos alzados, un hombre, un caballo atado.
Tres días después, el presidente Harry Truman habló por radio.
Dijo:
Agradecemos a Dios que haya puesto la bomba atómica en nuestras manos, y no en manos de nuestros enemigos; y le rogamos que nos guíe en su uso de acuerdo con sus caminos y sus propósitos.


La bomba de Dios, Eduardo Galeano

Eros

17:12


Y las sombras se abrieron otra vez y mostraron un cuerpo:
tu pelo, otoño espeso, caída de agua solar,
tu boca y la blanca disciplina de sus dientes caníbales, prisioneros en llamas,
tu piel de pan apenas dorado y tus ojos de azúcar quemada,
sitios en donde el tiempo no transcurre,
valles que sólo mis labios conocen,
desfiladero de la luna que asciende a tu garganta entre tus senos,
cascada petrificada de la nuca,
alta meseta de tu vientre,
plata sin fin de tu costado.
tus ojos son los ojos fijos del tigre
y un minuto después son los ojos húmedos del perro.
Siempre hay abejas en tu pelo.
Tu espalda fluye tranquila bajo mis ojos
como la espalda del río a la luz del incendio.
Aguas dormidas golpean día y noche tu cintura de arcilla
y en tus costas, inmensas como los arenales de la luna,
el viento sopla por mi boca y su largo quejido cubre con sus dos alas grises
la noche de los cuerpos,
como la sombra del águila la soledad del páramo.
Las uñas de los dedos de tus pies están hechas del cristal del verano.
Entre tus piernas hay un pozo de agua dormida,
bahía donde el mar de noche se aquieta, negro caballo de espuma,
cueva al pie de la montaña que esconde un tesoro,
boca del horno donde se hacen las hostias,
sonrientes labios entreabiertos y atroces,
nupcias de la luz y la sombra, de lo visible y lo invisible
(allí espera la carne su resurrección y el día de la vida perdurable)
Patria de sangre,
única tierra que conozco y me conoce,
única patria en la que creo,
única puerta al infinito.


Cuerpo a la vista, Octavio Paz

Espacial

09:17


Durante toda la presencia del hombre sobre la faz de la Tierra, el cielo nocturno ha sido siempre para él una compañía y fuente de inspiración. Las estrellas son reconfortantes y parecen demostrar que los cielos se crearon para beneficio del ser humano. Esta patética vanidad se convirtió en la sabiduría convencional del mundo entero. Ninguna cultura estuvo exenta de ella. Algunas personas hallaron en los cielos una apertura hacia la sensibilidad religiosa. Muchos se sienten sobrecogidos y humillados por la gloria y la magnitud del cosmos. Otros, sienten el estímulo para manifestarse con el más exagerado vuelo de su fantasía.
En el mismo momento en que el hombre descubrió la vastedad del Universo y se dio cuenta de que aún sus más disparatadas fantasías eran ínfimas comparadas con la verdadera dimensión hasta de la Vía Láctea, tomó medidas para asegurar que sus descendientes no pudiesen ver las estrellas en lo más mínimo. Durante un millón de años, los humanos se han criado en contacto diario, personal con la bóveda celeste. En los últimos milenios comenzaron a construir ciudades y a emigrar hacia ellas. En el curso de las últimas décadas, gran parte de la población, gran parte de la población humana abandonó una forma rústica de vida. A medida que avanzaba la tecnología y se contaminaban los centros urbanos, las noches se fueron quedando sin estrellas. Nuevas generaciones alcanzaron la madurez ignorando totalmente el firmamento que había pasmado a sus mayores y estimulado el advenimiento de de la era moderna de la ciencia y la tecnología. Sin darse cuenta siquiera, justo cuando la astronomía entraba en su edad de oro, la mayoría de la gente se apartaba del cielo en un aislamiento cósmico que sólo terminó con los albores de la exploración espacial.

Contacto, Carl Sagan