… sólo
en el amor o en los conflictos tomamos verdadera conciencia de que
los otros tienen sobre todo alma, como nosotros la tenemos para
nosotros mismos.
Me
pierdo por eso a veces en un fútil imaginar qué especie de persona
seré para los que me ven, cómo será mi voz, qué tipo de figura
dejo inscrita en la memoria involuntaria de los otros, de qué manera
mis gestos, mis palabras, mi vida aparente se graban en las retinas
de la interpretación ajena. Nunca conseguí verme desde fuera. No
hay espejo que nos muestre a nosotros mismos como afueras, porque no
hay espejo que nos saque de nosotros mismos. Se necesitaría otra
alma, otra colocación del mirar y del pensar.
Libro del desasosiego, Fernando Pessoa