No
creo en dios y no me hace ninguna falta. Por lo menos estoy a salvo
de ser intolerante. Los ateos somos las personas más tolerantes del
mundo. Un creyente fácilmente pasa a la intolerancia. En ningún
momento de la historia, en ningún lugar del planeta, las religiones
han servido para que los seres humanos se acerquen unos a los otros.
Por el contrario, sólo han servido para separar, para quemar, para
torturar. No creo en dios, no lo necesito y además soy buena
persona.
Es
una tarde mustia y desabrida de un otoño sin frutos, en la
tierra estéril y raída donde la sombra de un centauro
yerra. Por un camino en la árida llanura, entre álamos
marchitos, a solas con su sombra y su locura va el loco,
hablando a gritos. Lejos se ven sombríos estepares, colinas
con malezas y cambrones, y ruinas de viejos encinares, coronando
los agrios serrijones. El loco vocifera a solas con su sombra y
su quimera. Es horrible y grotesca su figura; flaco, sucio,
maltrecho y mal rapado, ojos de calentura iluminan su rostro
demacrado. Huye de la ciudad... Pobres maldades, misérrimas
virtudes y quehaceres de chulos aburridos, y ruindades de
ociosos mercaderes. Por los campos de Dios el loco avanza. Tras
la tierra esquelética y sequiza ¿rojo de herrumbre y pardo de
ceniza? hay un sueño de lirio en lontananza. Huye de la
ciudad. ¡El tedio urbano! ¿¡carne triste y espíritu
villano!?. No fue por una trágica amargura esta alma errante
desgajada y rota; purga un pecado ajeno: la cordura, la
terrible cordura del idiota.
No me dio la mano, pero me levantó como pocos lo han hecho. Se detuvo en el camino porque decidió esperarme, confío en las ruinas que cargaba en el maletín. Construyó senderos porque no quería verme tropezar. Sabía que mis harapos no aguantarían un desprecio más, y me elogió, supo despertar en mí la confianza que habían apagado las descripciones.
Me tendió su mano, me regaló una sonrisa y con un pedazo de su vida llenó la mía.
Personas que llegan para revivirte Leo Romsog
El mundo es de quien no siente. La condición esencial para ser un hombre práctico es la ausencia de sensibilidad. La cualidad principal en la práctica de la vida es aquella cualidad que conduce a la acción, esto es, la voluntad. Ahora bien, hay dos cosas que estorban a la acción –la sensibilidad y el pensamiento
El libro del desasosiego Fernando Pessoa
La única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas.
On the Road Jack Kerouac
Curiosa
Estratigrafia. La malaquita es básicamente un sulfato de cobre. Kapuzinsky no es primo de Rapunzel. No hay decoradores para janelas. El Código Bushido. Han muerto Berger y Pligia. Armando Rauf es un tipo que canta. La Nueva Era no es la de acuario, es el antropoceno. Lo ha dicho Tarkovski.