Sentidos

00:35

Por momentos, el río negro doblegaba
todas mis fuerzas bajo su yugo.
Las aguas bajas, yo las veía profundas,
y las orillas en pendiente suave, abruptas y elevadas.
Arrastrado por el torbellino de las olas, luchaba
y oía las aguas en mí,
las buenas, las bellas aguas negras – –
Después, de nuevo respiré una fuerza dorada.
La corriente fluía, poderosa, siempre más poderosa. 


(Egon Schiele, Autoretrato) 

Balada

08:32


«Ante todo, el amor es una experiencia compartida por dos personas, pero esto no quiere decir que la experiencia sea la misma para las dos personas interesadas. Hay el amante y el amado, pero estos dos proceden de regiones distintas. Muchas veces la persona amada es sólo un estímulo para todo el amor dormido que se ha ido acumulando desde hace tiempo en el corazón del amante. Y de un modo u otro todo amante lo sabe. Siente en su alma que su amor es algo solitario. Conoce una nueva y extraña soledad, y este conocimiento le hace sufrir. Así que el amante apenas puede hacer una cosa: cobijar su amor en su corazón lo mejor posible; debe crearse un mundo interior completamente nuevo, un mundo intenso y extraño, completo en sí mismo. Y hay que añadir que este amante no tiene que ser necesariamente un joven que esté ahorrando para comprar un anillo de boda: este amante puede ser hombre, mujer, niño; en efecto, cualquier criatura humana sobre esta tierra. Pues bien, el amado también puede pertenecer a cualquier categoría. La persona más estrafalaria puede ser un estímulo para el amor. Un hombre puede ser un bisabuelo chocho y seguir amando a una muchacha desconocida que vio una tarde en las calles de Cheehaw dos décadas atrás. Un predicador puede amar a una mujer de la vida. El amado puede ser traicionero, astuto o tener malas costumbres. Sí, y el amante puede verlo tan claramente como los demás, pero sin que ello afecte en absoluto la evolución de su amor. La persona más mediocre puede ser objeto de un amor turbulento, extravagante y hermoso como los lirios venenosos de la ciénaga. Un buen hombre puede ser el estímulo para un amor violento y degradado, y un loco tartamudo puede despertar en el alma de alguien un cariño tierno y sencillo. Por lo tanto, el valor y la calidad del amor están determinados únicamente por el propio amante. Por este motivo, la mayoría de nosotros preferimos amar que ser amados. Casi todo el mundo quiere ser el amante. Y la verdad a secas es que de un modo profundamente secreto, la condición de ser amado es, para muchos, intolerable. El amado teme y odia al amante, y con toda la razón. Pues el amante está tratando continuamente de desnudar al amado. El amante implora cualquier posible relación con el amado, incluso si esta experiencia sólo puede causarle dolor.»


"La balada del café triste"
Carson McCullers

Desolación de la quimera

05:00



¿Volver? Vuelva el que tenga,
Tras largos años, tras un largo viaje,
Cansancio del camino y la codicia
De su tierra, su casa, sus amigos,
Del amor que al regreso fiel le espere.

Mas, ¿tú? ¿Volver? Regresar no piensas,
Sino seguir libre adelante,
Disponible por siempre, mozo o viejo,
Sin hijo que te busque, como a Ulises,
Sin Ítaca que aguarde y sin Penélope.

Sigue, sigue adelante y no regreses,
Fiel hasta el fin del camino y tu vida,
No eches de menos un destino más fácil,
Tus pies sobre la tierra antes no hollada,
Tus ojos frente a lo antes nunca visto.


Peregrino, Luis Cernuda

Fracaso

01:08


Fracasará porque yo fracaso siempre.

Sin argumentarlo, seco y amargo, lo repites una y otra vez. Y yo, que tiro a imbécil, interrumpo intentando explicarte que hay mil maneras de perder.


¿Qué me estas contando? 

Momento

00:31


Aquel momento que flota 
nos toca con su misterio.
Tendremos siempre el presente 
roto por aquel momento.
Toca la vida sus palmas 
y tañe sus instrumentos. 

Acaso encienda su música 
sólo para que olvidemos.
Pero hay cosas que no mueren 
y otras que nunca vivieron. 
Y las hay que llenan todo 
nuestro universo.
Y no es posible librarse 
de su recuerdo. 

El buen momento, José Hierro