Clase
media
medio rica
medio culta
entre lo que cree ser y lo que es
media una distancia medio grande
medio rica
medio culta
entre lo que cree ser y lo que es
media una distancia medio grande
Desde
el medio
mira medio mal
a los negritos
a los ricos
a los sabios
a los locos
a los pobres
mira medio mal
a los negritos
a los ricos
a los sabios
a los locos
a los pobres
Si
escucha a un Hitler
medio le gusta
y si habla un Che
medio también
medio le gusta
y si habla un Che
medio también
En
el medio de la nada
medio duda
como todo le atrae
(a medias)
analiza hasta la mitad
todos los hechos
y (medio confundida)
sale a la calle con media cacerola
entonces medio llega a importar
a los que mandan
(medio en las sombras)
a veces, sólo a veces, se da cuenta
(medio tarde)
de que la usaron de peón
en un ajedrez que no comprende
y que nunca la convierte en Reina
medio duda
como todo le atrae
(a medias)
analiza hasta la mitad
todos los hechos
y (medio confundida)
sale a la calle con media cacerola
entonces medio llega a importar
a los que mandan
(medio en las sombras)
a veces, sólo a veces, se da cuenta
(medio tarde)
de que la usaron de peón
en un ajedrez que no comprende
y que nunca la convierte en Reina
Así,
medio rabiosa
se lamenta
(a medias)
de ser el medio del que comen otros
a quienes no alcanza
a entender
ni medio
se lamenta
(a medias)
de ser el medio del que comen otros
a quienes no alcanza
a entender
ni medio
Clase media, Daniel
Cezaré
(...) Entre
tus piernas hay un pozo de agua dormida,
bahía donde el mar de
noche se aquieta, negro caballo de espuma,
cueva al pie de la montaña que esconde un tesoro,
boca del horno donde se hacen las hostias,
sonrientes labios entreabiertos y atroces,
nupcias de la luz y la sombra, de lo visible y lo invisible
(allí espera la carne su resurrección
y el día de la vida perdurable)
cueva al pie de la montaña que esconde un tesoro,
boca del horno donde se hacen las hostias,
sonrientes labios entreabiertos y atroces,
nupcias de la luz y la sombra, de lo visible y lo invisible
(allí espera la carne su resurrección
y el día de la vida perdurable)
Patria
de sangre,
única tierra que conozco y me conoce,
única patria en la que creo,
única puerta al infinito.
única tierra que conozco y me conoce,
única patria en la que creo,
única puerta al infinito.
Cuerpo
a la Vista, Octavio Paz
Algunas personas, cuando ya han soportado demasiado y se han visto empujadas más allá de los límites de su resistencia, simplemente se vienen abajo y se rinden. Hay otras, aunque no son muchas, que por alguna razón serán siempre inconquistables. Las encuentras en tiempos de guerra y en tiempos de paz. Poseen un espíritu indomable y nada, ni el dolor ni la tortura ni la amenaza de muerte, logrará que se rindan.
Historias
extraordinarias, Roald Dahl.
Rumorosas
pestañas
de los cañaverales.
Cayendo sobre el sueño
del hombre hasta dejarle
el pecho apaciguado
y la cabeza suave.
de los cañaverales.
Cayendo sobre el sueño
del hombre hasta dejarle
el pecho apaciguado
y la cabeza suave.
Ahogad
la voz del arma,
que no despierte y salte
con el cuchillo de odio
que entre sus dientes late.
Así, dormido, el hombre
toda la tierra vale.
que no despierte y salte
con el cuchillo de odio
que entre sus dientes late.
Así, dormido, el hombre
toda la tierra vale.
Miguel
Hernández
Afortunadamente
siempre existe otro día. Y otros sueños. Y otras risas. Y otras
personas. Y otras cosas.
Clarice
Lispector
Cuando
estalla una guerra, las gentes se dicen: “Esto no puede durar, es
demasiado estúpido”. Y sin duda una guerra es evidentemente
demasiado estúpida, pero eso no impide que dure. La estupidez
insiste siempre, uno se daría cuenta de ello si uno no pensara
siempre en sí mismo. Nuestros conciudadanos, a este respecto, eran
como todo el mundo; pensaban en ellos mismos; dicho de otro modo,
eran humanidad: no creían en las plagas. La plaga no está hecha a
la medida del hombre, por lo tanto el hombre se dice que la plaga es
irreal, es un mal sueño que tiene que pasar.
La
peste, Albert Camus
Cuando
eres joven piensas que habrá muchas personas con las que podrás
conectar, luego avanzando en la vida descubres que ocurre contadas
veces.
Antes
del atardecer, Richard Linklater
En
general, creo que sólo debemos leer libros que nos muerdan y nos
arañen. Si el libro que estamos leyendo no nos despierta como un
puñetazo en el cráneo, ¿para qué molestarnos en leerlo? ¿Para
que nos haga felices, como dices? Cielo santo, ¡seríamos igualmente
felices si no tuviéramos ningún libro! Los libros que nos hacen
felices podríamos escribirlos nosotros mismos si no nos quedara otro
remedio. Lo que necesitamos son libros que nos golpeen como una
desgracia dolorosa, como la muerte de alguien a quien queríamos
más que a nosotros mismos, libros que nos hagan sentirnos
desterrados a las junglas más remotas, lejos de toda presencia
humana, algo semejante al suicidio. Un libro debe ser el hacha que
quiebre el mar helado dentro de nosotros. Eso es lo que creo.
Franz
Kafka, fragmento de una carta a Oscar Pollack (1904)
Estuve
engañándoles durante un tiempo porque quería pulirme un poco, pero
sabía muy bien que jamás llegaría a ser una estrella de cine. Es
demasiado esfuerzo; y, si eres inteligente, da demasiada vergüenza.
Me falta el suficiente grado de complejo de inferioridad: para ser
una estrella de cine hay que ser, según dice la gente, tremendamente
narcicista; de hecho, lo esencial es no serlo en absoluto. No quiero
decir que el ser rica y famosa fuera a fastidiarme. Esas son cosas
que ocupan un lugar importante en mis planes, y algún día trataré
de conseguirlas; pero, si las consigo, querría seguir gustándome a
mí misma. Quiero seguir siendo yo cuando una mañana, al despertar,
recuerde que tengo que desayunar en Tiffany's.
Desayuno
en Tiffany's, Truman Capote