… Esperaba
este recibimiento", dijo el demonio. "Todos los hombres
odian al desdichado, ¡Cómo, entonces, no voy a ser odiado yo, que
soy el más desgraciado de los seres vivientes! Hasta tú, mi
creador, me detestas y rechazas. Soy tu criatura, a quien estás
ligado por uniones que sólo pueden romperse con la aniquilación de
uno de nosotros. Tienes la intención de matarme. ¿Cómo te atreves
a jugar así con la vida? ¡Cumple con tu obligación hacia mí y yo
cumpliré con la que tengo contigo y el resto de la humanidad. Si tan
sólo cumples con mis condiciones, te dejaré a ti y a ellos en paz;
pero si te niegas, llenaré el buche de la muerte, hasta que esté
satisfecha con la sangre del resto de tus amigos!"
"¡Repugnante
monstruo! ¡Demoníacas son tus acciones! Las torturas de cielo son
una venganza demasiado benévola para tus crímenes. ¡Diablo
desgraciado! Me reprochas que te haya creado; ven, entonces, que
extinguiré la chispa que encendí tan inconscientemente...
Frankenstein,
Mary Shelley